Desde su llegada, el crowdfunding ha impactado a los sectores más influyentes en la economía. Actualmente, parte de inversión inmobiliaria se canaliza a través de una plataforma digital de financiamiento participativo, la cual funciona como intermediaria entre los promotores e inversores.
Teniendo en cuenta que el propósito de la actividad es la democratización del acceso a los inversores, no requiere de una gran inversión de capital para empezar, derribando las barreras impuestas por los actores tradicionales. Sin embargo, esta es apenas una de sus principales ventajas.
¿Qué es el crowdfunding inmobiliario?
En el sector inmobiliario, el financiamiento participativo se basa en un grupo de personas que combinan sus recursos financieros con el objetivo de adquirir propiedades o, en su defecto, persiguen contribuir al desarrollo de los proyectos de los promotores inmobiliarios mediante la aprobación de un préstamo.
De esta forma, no existen limitaciones en lo que respecta a la cantidad de inversores, el dinero puede ser recaudado entre muchos participantes que aportan un pequeño porcentaje del total, como por pocas personas que deciden invertir grandes cantidades de dinero.
En este sentido, a diferencia de los préstamos entre particulares que ofrece la banca tradicional, cada inversor es dueño de una parte del valor del inmueble, el porcentaje exacto varía en función del capital aportado.
Respecto a la rentabilidad, suelen derivarse de las ganancias que generan las propiedades por concepto de alquiler, aunque también es posible que provengan de la revalorización del capital o de los interese, cuando se elige la modalidad de préstamo.
Ventajas del crowdfunding inmobiliario
En líneas generales, ahora es más sencillo invertir en inmobiliario gracia el crowdfunding. Desde el punto de vista de las constructoras e inmobiliarias, la actividad facilita el acceso a más fuentes de financiación, mientras que, para los inversores, ofrece los siguientes beneficios:
Asequibilidad y accesibilidad
En comparación con las inversiones inmobiliarias tradicionales, no es necesario disponer de cientos o miles de dólares para comenzar a invertir. Aunque en algunos casos se delimita el valor de entrada, la modalidad permite adquirir pequeñas partes de los activos.
Gracias a las plataformas de crowdfunding, las inversiones en el sector ya no son exclusivas de las instituciones financieras, tampoco requieren disponer de una red de contactos, todos tienen las mismas oportunidades de generar ganancias.
Diversificación e inmediatez
Otra ventaja evidente es la posibilidad de diversificar la cartera de valores, lo que minimiza el riesgo de perder parte del dinero como consecuencia de las recesiones en el mercado. La distribución del capital puede hacerse no solo entre varias propiedades, sino en diferentes tipos de activos, e incluso, múltiples ciudades.
Las operaciones son gestionadas por un grupo de especialistas, de esta manera, no tenemos que preocuparnos por destinar tiempo y recursos a la administración de las propiedades, ni mucho menos, encarar problemas legales o procesos de venta de los inmuebles adquiridos.
En definitiva, las plataformas de financiamiento participativo agilizan la conexión entre la oferta y la demanda, o lo que es igual, presentan los proyectos frente a los interesados en invertir. Su alcance global elimina las barreras geográficas, ampliando las posibilidades de generar ganancias invirtiendo en países donde el sector inmobiliario presenta mayor estabilidad.